Buenos días, navegantes del Dios Eolo, ya llega la primavera y con ello tus ganas de navegar se incrementan como el amor efusivo de un adolescente.
El sol empieza a picar en la piel, el viento sigue ahí fiel a tu llamada y solo te queda poner todo en orden en tu embarcación para que la travesía sea lo que esperas de ella, un placer de los sentidos.
Si es que…quién no querría tener un barco.
Por nuestra parte, solo queremos dejar nuestra aportación para dejarte claro los puntos clave para que tu seguro llegado el caso de un siniestro provoque que tu cara sea el reflejo de la satisfacción y no el de la sorpresa o lo que es peor, el de la ira.
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